A
veces, durante segundos o días,
Quedo
sin habla.
Al
recordar la noche que,
Como
saqueadores silenciosos,
Buscamos
nuestro cósmico tesoro.
Recuerdo,
claramente, que
Con
fugaces caricias,
Desenterramos
calderas hirvientes,
Que
poco a poco,
Formaron
esa erupción sideral.
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